La pecera de Eva

Manejar la honestidad no era tarea fácil. Aquellos años eran confusos, como cuando el paisaje se emborrona con las nubes cuando miras por la ventana de un avión rumbo a una isla. Las nuevas formas de hacer literatura y de expresarse en general mantuvieron durante décadas confundidos a todos los humanos. La gente no encontraba tranquilidad, y la música no encontraba el espacio en el tiempo, sólo se usaba de fondo para follar y poco más. El mundo estaba preocupado por la moneda de cambio, por la última generación de condones, y el no pararse a despreocuparse de todo fue su máximo error. La gente comenzó a trepar, a cambiar verbos, adjetivos, y tonalidades de sangre, a no olvidar. Los compases se confundían, y ya solamente valía la mentira, estábamos tan cansados que averiguar si se usaba o no la verdad era una actividad tediosa destinada para estúpidos. Nada era igual sin Eva, la echábamos de menos. La fruta y los zumos estaban preparados, pero Eva, nada va a ser igual sin ti. Nos acostumbramos a los manjares de la vida en tu compañía, y este espacio se hace pequeño, distinto, y complicado sin ti. Te mando una flor dibujada en tu cuerpo, allá donde estés. Sólo deseo que sigas vibrando, con la misma intensidad que cuando te conocí…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s